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Como pintor tradicional, me gusta dibujar a través de una profunda observación.  sentir el carbón en mis manos y lograr  crear un diálogo entre yo y el alma de la persona que me inspira.  Mi objetivo  es  para  crear algo único,  irrepetible y eterna, como significa el verdadero arte.  

La experiencia no solo me ha enseñado la importancia de la composición, el valor tonal y la textura, sino también la necesidad de precisión en cada detalle, algo de vital importancia para un retrato por encargo. El brillo en los ojos o el giro en una sonrisa es lo que le da a un retrato su semejanza y belleza visual y espiritual.  

La mezcla de carboncillo y lápiz de grafito puede producir una imagen asombrosamente realista y expresionista.  La exquisita sencillez que es ser  apreciado en la obra de arte final es un producto  de un  técnica refinada  después de muchos años de intensa búsqueda.

Si desea encargar un retrato de boceto a lápiz dibujado a mano personal  no dude en ponerse en contacto conmigo. 

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